El próximo fin de semana del 8 al 10 de noviembre, El Escorial acoge de nuevo a los participantes de la XXIV Convención Nacional de OA España. A mí me sigue poniendo un poquitín nerviosa, he de reconocerlo, llegar allí, ese maravilloso reencuentro con tantas compañeras y compañeros conocidos, a algunos no los veo desde hace más de un año, un cosquilleo de emoción me recorre cuando recojo mi credencial, la carpeta, deseosa de ver qué han preparado las compañeras de Madrid, qué reuniones vamos a tener, qué temas se van a debatir, ¡qué regalito nos van a dar! Sonará infantil, pero a mí me hace mucha ilusión abrir mi carpeta, leer el cuadernillo, ponerme al cuello la credencial… Es por todo esto por lo que no puedo dejar de agradecer a todas esas compañeras de Madrid su esfuerzo, su servicio, la ilusión que sé y me consta, han puesto en organizar esta convención, muchas gracias compañeras por vuestro servicio generoso para que los demás lo disfrutemos.
Y ¿por qué una convención? Puede que alguien se pregunte, si total, hay reuniones presenciales casi por toda España y por Zoom para quienes no las tienen cerca. ¡Ah! Pero es que “no es lo mismo, esto hay que vivirlo”, recuerdo que me dijeron mis compañeras cuando yo, recién llegada a la hermandad, me disponía a acudir a mi primera convención, y, ¡qué gran verdad! Una convención no se cuenta, se vive y para mí se describe con una sola pero enorme y abarcadora palabra: ¡Emoción!
Ven a vivir la XXIV Convención de OA en el Escorial, ¡te esperamos!
El plazo para inscribirte se ha prorrogado hasta el 31 de octubre. ¡Anímate, no te vas a arrepentir!
A treinta de octubre de dos mil veinticuatro
Deja tu comentario