Esta es una historia de perseverancia y de superación de dificultades, que muestra que se puede, si se quiere.

Hoy es posible acercarse a OA a través de muchos medios, hay reuniones presenciales y en línea para quien quiera incorporarse a una, trabajar el programa es fácil con una profusa literatura preciosamente encuadernada o bien para descargar en el libro electrónico, tener un contacto con compañeras y con la madrina es fácil a través de la mensajería instantánea del móvil, internet nos acerca, aunque estamos a un continente de distancia, es tan fácil todo que parece que siempre fue así, pero no…

Esta historia tiene su comienzo hace más de veinte años, en Málaga y su protagonista es una mujer que a toda costa quería trabajar el programa de recuperación de OA.

Corría el año 2000 y aunque no había grupos presenciales en la ciudad, eso no la arredró, se buscó algo de literatura de OA, eran unas fotocopias sin encuadernar que alguna vez se traspapelaron por lo que le faltaban páginas, su madrina era mejicana y contactaba con ella desde el teléfono fijo de casa o desde cabinas telefónicas para controlar mejor el gasto, las dificultades eran tantas que cualquiera se hubiera rendido, porque además estaba sola, pero ella no desistió, siguió y siguió trabajando por OA y para su recuperación y su esfuerzo dio su fruto: hoy Málaga cuenta con dos reuniones presenciales en la capital, otra más en la localidad de
Arroyo de la Miel y tiene también presencia en Zoom. Es el resultado del trabajo callado y anónimo de personas como ella que han llevado a OA España a lo que es hoy y justo es que se reconozca su labor de emprendimiento.