Mi experiencia con la abstinencia es la siguiente: tuve la inmensa suerte de salir abstinente de mi primera reunión hace veinte años. Mi primera lectura después de los doce pasos fue el libro “Abstinencia” eran pequeñas historias sobre la experiencia de otros OAs con la abstinencia.

En aquel tiempo no había WhatsApp y los teléfonos móviles eran unos ladrillos que sobrevivían a la inmersión accidental en los váteres. No existían las tarifas planas y todo era a golpe de e-mails o correo tradicional y en el mejor de los casos a los foros. Mi primera madrina era una mexicana q ni siquiera estaba abstinente y yo no había conocido aún OA España. Antes de conseguir siquiera abrir mi propio grupo yo me mantuve abstinente por solo dos conceptos.

El primero fue el solo por hoy. En los momentos más duros me decía a mí misma, solo por hoy, mañana me daré un atracón pero solo por hoy aguantaré el tipo. A veces solo por hoy era mucho tiempo y tenía que recurrir a solo hasta la próxima comida. Me sentaba, me levantaba, lloraba, rezaba, bebía agua y volvía a beber. Llamaba salía a caminar sin dinero en los bolsillos y conseguía aguantar hasta la siguiente comida. Entonces sucedía el milagro y decidía aguantar solo hasta la siguiente. Si alguien piensa que va a salir de una adicción sin pasar un síndrome de abstinencia está muy equivocad@. El síndrome de abstinencia se pasa y es duro pero para eso están las herramientas. Las herramientas y mi segundo concepto útil: prioridad uno, abstinencia.

Me lo repetía a mí misma como un mantra, prioridad número uno abstinencia. Me desesperaba, sentía dolores en el cuerpo y en la mente y me aferraba a mi prioridad número uno. Hoy mi abstinencia es mucho más fácil, apenas me acuerdo de la comida y mi mente está más clara pero nunca he olvidado aquella súplica a un poder superior en el que no conseguía creer para que me permitiese llegar abstinente a la siguiente comida.