Desde niña intentaba cubrir mis carencias emocionales con cosas materiales e innecesarias. Superfluas. Mis padres me compraban juguetes, ropas, material escolar…. en abundancia. Lo último de lo último; pero en cambio me faltaba el cariño de mi madre, el tiempo de mi padre para jugar. En mi casa no había paciencia, ni tiempo ni ganas de nada…. Ni siquiera de jugar con una niña.
Crecí así y me fui acostumbrando a “ir a mi bola”. Pronto, con 21 años, me fui a vivir con mi novio; necesitaba salir de allí. No era consciente de lo que me faltaba o de cuánto sufría, pero sí sabía que tenía que salir de esa zona de confort a la que me había acostumbrado.
De adulta no siento carencias emocionales. Tengo amig@s, una pareja que además de marido es amigo, padre… mi cuidador…. Mis hijos… lo más bonito del mundo; mis padres están y quizá ahora más que cuando yo era pequeña. Pero mis adicciones continuaron; mi necesidades emocionales estaban cubiertas como adulta, pero la niña que hay dentro de mi se sentía dolida, sola, triste….. y para satisfacer esta tristeza, continuaba haciendo con ella lo que le habían enseñado de pequeña. Comprar sin necesitar. Comer sin tener hambre. Solo caprichos. Era mi hábito. Mi forma de ser.
He necesitado la ayuda de mi PS, de mi madrina y de las herramientas de OA para poder llegar al fondo de la enfermedad y desenredar todo ese ovillo tan complicado para empezar a tirar de un hilo y poquito a poco ir ordenando mi vida. Todas aquellas posesiones que he tenido y las que he ansiado no me ayudaron a superar mi falta de sentido de existencia ni mis carencias; y además, me llevaron a un empobrecimiento espiritual. El querer tener todo…. me llevó a no querer saber nada de mi interior, de mi PS, y de lo verdaderamente trascendente.
Hoy ya sé que esas distracciones no conseguían ayudarme, todo lo contrario. Me llevaban mas al fondo del pozo y me creaban un desasosiego insoportable. Ahora sé que lo importante es mantenerme siempre junto a mi PS y a las personas que de verdad me aman y amo; solo con ell@s puedo satisfacer mis carencias emocionales. Solo con OA, con mis amores y trabajando mi espiritualidad, puedo curar a esa niña pequeña que dentro de mi se quedó triste. Hablo con ella, le explicó cómo fueron las cosas, juntas hemos olvidado el rencor y ya no nos sentimos culpables. Juntas lo superamos. MI niña interior y yo, de la mano.
Soy consciente de que cuando de verdad estoy feliz, haciendo lo que me gusta y me siento amada, olvido mi parte material. Soy lo que verdaderamente me siento y no lo que tengo.
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