Necesité años en OA para llegar a ser consciente de que la comida era mi premio y mi consuelo. Pese a ello seguía haciéndolo.
Cuando me invadían la autocompasión y otros pensamientos negativos me surgía el deseo de comer.
Hoy he sido plenamente consciente de esta circunstancia:
Tras un día con muchas emociones de todo tipo, he estado en un tris de comer algo como consuelo a lo desgraciada que me sentía.
Pero esta vez me he dado cuenta de que era mi premio, que buscaba la gratificación que creía que la vida no me daba, en la comida, pues yo merecía ser gratificada por tristezas y dolores del pasado.
En realidad en ese instante estaba plácidamente en casa escribiendo con el objetivo de procesar el agolpamiento emocional de todo el día. En ese instante estaba reviviendo dolor de mi pasado que había alejado de mí cuando durante el día estaba en público con otras personas. Y ¡ zas ! Me ha venido el deseo -flash de consumir comida.
No podía llamar a nadie, era tarde, en una llamada anterior me había quedado peor, con mis controvertidas emociones a flor de piel.
Soy consciente de que la mayoría de las ocasiones uso la comida para satisfacer un deseo, el deseo gobierna mi vida, es mi motor de acción y como casi todo tiene sus pros y sus contras.
Tan rápido como el rayo del deseo compulsivo me ha venido otro pensamiento que me ha salvado por hoy:
¿Qué otros premios puedo darme distintos de la comida?
He hecho la lista de premios, otros compañeros pensarían en las herramientas de OA.
Estas dos cosas por ahora yo las veo diferentes, a excepción de la escritura. Poder escribir acerca de mí, mis cosas, mis vivencias, ser libre de escribir sin presiones aquello que quiera es para mí un premio y a la vez una herramienta que Oa me sugiere como ayuda en mi recuperación.
Otro premio para mí es la música, estaba acompañada por la música.
Busco satisfacer mis deseos de comer como forma de obtener placer, en ese momento tenía otros placeres inocuos con los que obtener un gran placer y que me ayudaban a procesar mis emociones.
Yo personalmente tengo todavía unos cuantos caminos más de sentir placer y que son distintos de la comida, y que no me suponen una adición.
Estos para mí tienes que ver con las artes y la creatividad, pero en cada persona pueden ser modos diferentes.
Simplemente me he preguntado qué cosas me dan placer y he hecho la lista, he observado que eran actividades inocuas y mucho más satisfactorias que la comida.
Ya no necesito premiarme con comida, la próxima vez que desee comer algo cuando no toca, mirarte mi lista.
Han pasado unas horas, el deseo de comer ha remitido, estoy contenta y bien y mi esperanza de no comer fuera de hora ha aumentado.
Solo por hoy
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