Mi historia con la compulsión con la comida no es diferente de otras muchas historias que he escuchado en las reuniones. A veces me pregunto si como compulsivamente por mi baja autoestima o si tengo una baja autoestima por que como compulsivamente. En este punto de mi vida realmente ya no importa, solo tengo que decirme a mí misma cada día de mi vida y creer en mi corazón que soy una comedora compulsiva.
Soy impotente ante la comida. Así que yo, como si fuera una historia del libro grande de alcohólicos anónimos, perdí muchos años y mucho dinero intentando probarme a mí misma que podía comer como la gente normal. ¿Pero que es normal? Pensaba que encontraría la respuesta en mis años de instituto cuando descubrí la bulimia. La veía como una manera de comer y atracarme y no asumir las consecuencias de la ganancia de peso. A veces, no era capaz de purgar las miles de calorías que estaba comiendo en mis atracones, y mi peso aumentó 20 kg.
La siguiente solución, o debería decir la ultima solución drástica que se me ocurría, era viajar a México y hacerme una cirugía de banda gástrica. Estaba buscando una clínica de bajo coste para hacerme esta cirugía. Básicamente me odiaba tanto que no pensaba que mereciera la pena buscar un cirujano certificado aquí en los Estados Unidos. La banda gástrica me llevó a tocar fondo. Dos días después de la operación estaba comprando comida para llevar en un restaurante de comida rápida, contándome mentiras para justificarme a mí misma la comida que estaba comiendo.
No perdí un solo kilo con la cirugía de la banda gástrica. No me culpo de haberme operado por que pienso que fue el catalizador que eventualmente me llevó a OA. Me llevo a tocar fondo. Lo bonito de venir a Comedores Compulsivos Anónimos en mi punto más bajo es que estaba dispuesta a hacer lo que fuera.
Estaba desesperada y casi sin ninguna esperanza. Y digo casi, por que de alguna manera, conseguir cruzar las puertas de OA. Y ha sido un milagro en mi vida. Cuando llegué era muy honesta, puede ser que algunas veces demasiado honesta. Estaba rota. Mis relaciones personales estaban dañadas, mi vida laboral estaba dañada. Hubo demasiadas veces que compartía demasiado mi dolor en las reuniones. Pero me ayudó a estar abstinente. Solo empecé a crecer cuando entre en OA. Deje de culpar a otro y me hice cargo de mis acciones.
Este es un programa de acción. Las acciones más importantes que he hecho han sido coger un padrino, ir a las reuniones, y seguir mi plan de comidas. Me considero sobria de la adicción a la comida cuando estoy trabajando los pasos, asistiendo a reuniones y trabajando con otros. Sigo un plan de comidas pesado y medido. Considero este plan de comidas un regalo de mi poder superior. El plan de comidas lo está haciendo mi poder superior por mi, por que yo nunca podría hacerlo sola por mi misma. Si no hago estas cosas, mis pensamientos y acciones pueden volver atrás a mis viejos comportamientos de la enfermedad. Unos viejos comportamientos y actitudes que me pueden hacer comer compulsivamente. Una vez escuche en una reunión que puedo cambiar mis actitudes o puedo cambiar mi fecha de abstinencia. Pienso mucho acerca de eso y lo tengo escrito en mi teléfono para leerlo cada vez que siento que estoy resbalando hacia pensamientos negativos. Por que el pensamiento negativo es una gran partes de una adicción en activo.
Hoy me presento ante la vida y para la gente que hay en mi vida. Esto me mantiene abstinente y en mi programa. Hago esto para dar servicio y el servicio puede ser algo tan sencillo como ir pronto a una reunión y colocar las sillas. Vamos pronto para recibir a los recién llegados. Este programa funcionara si lo trabajo, y funcionara si lo transmito a otros.
Hoy hace cuatro años que estoy abstinente y todavía soy muy activa en el programa. He mantenido mi pérdida de peso y esto es un milagro después de mas de 30 años de dietas yo yo. Estoy muy agradecida por el programa y mi abstinencia.
Wilma
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