No siempre las hojas son verdes pero la mía era verde “color esperanza”.
     Así conocí OA, en una hoja con las quince preguntas que encontré en la sala de espera del centro de salud. Sin duda algún servidor de OA la había llevado, con la esperanza de que otro recibiera el mensaje. Al leerla no tuve duda de que ese era mi problema. Pero no tuve inmediatamente tan claro que esa fuera mi solución.
    Solo cuando dos años después mi desesperación toco fondo acudí a un grupo de OA y aquí estoy después de 9 años. He conseguido una recuperación en los tres niveles: en el físico, en el emocional y en el espiritual que nunca hubiera pensado conseguir.
     El grupo no era muy numeroso, un par de veces me encontré sola y durante dos veranos no éramos más de dos personas. Les propuse cerrar el grupo y una veterana dijo: “¡Hay que hacer Información pública!”. Pusimos en marcha varias líneas de información: anuncio en periódicos, aprovechar eventos para mandar notas de presa para que  los medios nos hicieran visibles y pedimos una cita en la dirección de salud pública.
     Les explicamos nuestro programa y  pedimos ayuda para que nos facilitaran la entrada en  los centros de salud para contar a los profesionales nuestra experiencia. Al principio no conseguíamos ninguna cita, probamos con teléfono, por email y un día una persona nos responde: “Os he metido en el programa de docencia”. Esto nos hizo sacar el miedo, aunque el Poder Superior estaba con nosotros, pedimos ayuda en el grupo y todo el que pudo colaboró de una u otra forma. Nos presentamos un día en el centro de salud a explicar que era OA. Al finalizar el director nos dijo, ha sido muy entretenido, gracias.
     Hicimos muchas presentaciones en los años siguientes y el grupo se llenó tanto que teníamos que desdoblar en dos. Mi compañera tenía razón, si queremos tener grupo haya que hacer información pública. Como dice la canción : “ quitarse los miedos , sacarlos afuera , pintarse la cara color esperanza ..”