¿Por qué siempre tengo hambre? En mi entorno no hay nadie como yo. Mi padre siempre era de buen comer, pero una vez que se llenaba ya no quería más. A veces veo que en las fiestas la gente come muchísimo, pero luego sienten rechazo a la misma idea de comer más. Su cuerpo les avisa que ya están llenos, que no necesitan más comida y que comer más podría hacerles daño.

A mí no me pasa eso. Siempre tengo hambre y cuando noto que me excedido, es como que todo me da igual y solo quiero seguir comiendo.

Todo me da hambre. Si estoy preocupada, si estoy aburrida, si estoy excesivamente cansada o muy emocionada. Tengo hambre porque me duele la cabeza, porque llueve, porque hace sol, porque me falta trabajo, porque me sobra trabajo… Porque estoy sola o porque estoy mal acompañada. Cualquier sentimiento: miedo, preocupación, rabia, envidia se manifiesta en forma de un pensamiento: “debería comer algo… “

Fui a mi primera reunión OA en busca de una respuesta a esta pregunta: “¿por qué siempre tengo hambre?” En el primero de los 12 pasos  estaba la respuesta. Tengo una enfermedad, que hace que mi cerebro me mande una señal equivocada. En en vez de decirme “para ya, no te hace falta más comida” me dice “sigue comiendo y serás feliz”.

Evidentemente he comprobado que es solo un engaño. La felicidad que me da la comida dura minutos o incluso segundos. Enseguida vienen remordimientos, autoreproches y un pensamiento: “si te sientes infeliz – come más”. Si es mi propio cerebro quién me engaña: ¿cómo puedo defenderme?

En OA aprendí que no vale la pena luchar, porque siempre voy a perder. Con fuerza de voluntad puedo aguantar horas o días conteniendome, pero finalmente siempre voy a la comida.

Es como intentar tapar un grifo roto con el dedo. Al final el agua irrumpe con más fuerza. Lo que me funciona en OA es todo lo contrario – en vez de luchar, admitir mi impotencia. Eso me permite buscar y recibir ayuda para solucionar las verdaderas causas de la “avería del grifo”.

Nadie intenta curar ninguna enfermedad física con fuerza de voluntad. Tampoco nos cuesta admitir otro tipo de enfermedades. En caso de comer compulsivamente parece que deberíamos poder controlarlo, pero no es así.

Me cuesta admitir que no puedo parar de comer, temo que nadie va a entender por qué siempre tengo hambre. Es un hecho y no cambia, tanto si lo admito como si no. Soy una persona que no es normal en lo que a la comida se refiere. Admitirlo es primer paso para la recuperación y para encontrar la respuesta a esta pregunta: ¿por qué siempre tengo hambre?